La paciencia es una capacidad y una habilidad que se desarrolla. Trabajando diariamente en tu paciencia podrás fortalecer esta habilidad.
No confundas paciencia con “aguantar” ni con no reaccionar. La paciencia es generar fortalezas para aceptar tranquilamente las situaciones incómodas o difíciles.
Ser paciente es buscar la calma con reacciones adecuadas.
Implementa estas estrategias para desarrollar esta habilidad:
Respira y mira la situación desde afuera.
Actúa con calma, creatividad, cambia las creencias y la actividad que no está dando resultado. Muchas veces una sonrisa, una pausa o un cambio de actividad reseteará el momento de caos. Entiende que el ritmo de tus hijos no es igual al tuyo y que la crianza implica tolerancia, aceptación y flexibilidad.
Cambia tus pensamientos.
Tú controlas tus pensamientos. La impaciencia generalmente nos produce un sentimiento de pérdida. Nuestro trabajo es convertir ese sentimiento o pensamiento en “inversión”. No es lo mismo sentir que perdemos el tiempo al sentimiento de que invertimos tiempo. El desgaste emocional no lleva a nada productivo. Nota el pensamiento que estás teniendo en ese momento y decide cambiarlo.
Aléjate del problema por unos minutos.
Explícales a tus hijos que necesitas espacio para respirar y calmarte, tus hijos aprenderán de esto e imitarán tu reacción en futuros caos. Toma agua, regresa, bájate al nivel de ellos para que puedan verte directamente a los ojos e intenta comprender el porqué del comportamiento.
“Me time”
Haz ejercicio físico, rodéate de gente positiva, haz lo que te llene reservando un espacio solo para ti. Disfruta los pequeños momentos en que estás sola, báñate largo, lee 10 minutos, escucha música, sal a caminar, sube y baja gradas, acuéstate 5 minutos con los ojos cerrados, pinta, cocina, mira fotos y video de recuerdos felices. Ponte audífonos y mira por la ventana o balcón y disfruta del paisaje. Llora si es que lo necesitas. Recuerda que si tú estás bien, tus hijos estarán bien.
Ejercicio para practicar:
Colócate 5 ligas para el pelo en la mano derecha. Cada vez que pierdas la calma o digas algo negativo a tus hijos, deberás pasar una liga a la otra mano. Para recuperar la liga, deberás hacer 5 cosas positivas o amables con tu hijo. Intenta terminar el día con las 5 ligas en la mano derecha.
Implementa estas estrategias para desarrollar la habilidad de ser paciente y disfrutar más los momentos.
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